Hechos 14,8-10 Había en Listra un hombre tullido, que se veía sentado y con los pies cruzados. Era inválido de nacimiento y nunca había podido caminar. (9) Un día, como escuchaba el discurso de Pablo, éste fijó en él su mirada y vio que aquel hombre tenía fe para ser sanado. (10) Le dijo entonces en voz alta: «Levántate y ponte derecho sobre tus pies. El hombre se incorporó y empezó a andar.