AMOR, LA ETERNIDAD PUEDE ESPERAR
Cuantas oportunidades para hacer el bien y vivir con amor, los hombres somos algo especiales, pues estamos esperando situaciones heroicas para demostrar que sí queremos llevar semillas de amor y de esperanza a los hombres, sin embargo, es claro, que cada día con un buen corazón y buenos sentimientos podemos realizar grandes obras en bien de los demás, ¿por qué esperar llegar al cielo para ser felices?, ¿por qué no comenzar desde ahora para sentirnos en una constante presencia de Dios y por lo tanto sentirnos que ya estamos en el cielo?
Había un buen hombre que había vivido una vida larga y feliz y un día mientras trabajaba ayudando a los pobres se le apareció un ángel y le dijo:
– El Señor me envía, ha llegado el momento de que tomes tu lugar en la eternidad. El buen hombre respondió:
– Mira cuánto trabajo me queda por hacer, no quisiera ser ingrato con mis hermanos, creo que podría esperar para tomar mi puesto en la eternidad. El ángel le miró con bondad y le dijo:
-Veré qué puedo hacer. Y desapareció.
Pasó el tiempo y otro día, mientras el hombre atendía a unos ancianos, el ángel se le apareció de nuevo. El hombre le dijo:
– Mira cuánto trabajo me queda por hacer. ¿Crees que la eternidad pueda esperar un poco? El ángel sonrió y desapareció de nuevo.
Finalmente un día, mientras atendía a los enfermos en un hospital se le apareció el ángel y el buen hombre se limitó a extender los brazos en gesto de resignación girando la vista hacia todos los enfermos que tenía en torno suyo. El ángel sin decir una palabra desapareció.
Esa misma noche el buen hombre se dejó caer en el reclinato¬rio y comenzó a pensar en todo el tiempo que había hecho esperar al ángel. De pronto se sintió muy cansado y dijo:
-Señor si quisieras enviar de nuevo al ángel esta vez le seguiría de inmediato. Apenas terminó de hablar el ángel apareció a su lado.
– Si quieres llevarme contigo ahora, estoy dispuesto a seguirte al cielo. Éste le miró con ojos llenos de amor y le dijo:
– ¿Dónde crees que has estado hasta ahora? Quien obra con espíritu de Amor vive ya en el Corazón de Dios.
Del libro «Sembrando Esperanza I».