Lucas 12,16-21 A continuación les propuso este ejemplo: «Había un hombre rico, al que sus campos le habían producido mucho. (17) Pensaba: ¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mis cosechas. (18) Y se dijo: Haré lo siguiente: echaré abajo mis graneros y construiré otros más grandes; allí amontonaré todo mi trigo, todas mis reservas. (19) Entonces yo conmigo hablaré: Alma mía, tienes aquí muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, pásalo bien. (20) Pero Dios le dijo: «¡Pobre loco! Esta misma noche te van a reclamar tu alma. ¿Quién se quedará con lo que has preparado?» (21) Esto vale para toda persona que amontona para sí misma, en vez de acumular para Dios.