En mis largos años de vida sacerdotal, he vivido internado en el trato personal con centenares, por no decir millares, de parejas. He recorrido caminos pedregosos, conjugando conflictos matrimoniales. He combatido con las tormentas. A veces los esposos lograron enderezar rumbos a golpes de silencio y paciencia, pudiendo, por fin, sentarse a la sombra fresca de las alamedas. Otras veces, después de haber luchado hasta el límite, optaron por tomar diferentes rutas, ausentándose el uno del otro para siempre, no sin antes dejar atrás cargas pesadas de dolor y tragedia.Si hay alguna sabiduría en mí, acerca del misterio matrimonial, proviene de ahí. Como fruto maduro de esta formidable escuela de vida, que no ha dejado de ser, por otra parte, campo de batalla, dejo, en el ocaso de mi vida, este Curso, con la ilusión de depositar en manos de manos de algunas parejas siquiera, armonía y paz.
Primera parte
Segunda parte
Tercera Parte
Última Parte