El Señor me decía “Carlos, tu hacías campamentos de muerte, ahora haz campamentos de vida, tu alejaste muchos jóvenes del evangelio por tu ateísmo, acerca hoy jóvenes al evangelio” y le dije: “Bien gracias Señor me has dado una herramienta de trabajo, quiero hacerlo” y así comencé a hacer campamentos de verano para jóvenes, para niños, para adolescentes… Pasé tres años evangelizando en grupos pequeños y empezaron a aparecer cosas, situaciones que nosotros no podíamos controlar, que nosotros no entendíamos de donde venían. Sabíamos que eran cosas de Dios pues sucedían cuando la oración era muy fuerte… entonces decidimos que había algo más que no conocíamos y decidimos irnos a un retiro de la Renovación Carismática porque queríamos conocer al Espíritu Santo…