La Hermana Nubia Celis nos explica lo que Jesús enseña en la parábola del trigo y la cizaña Dios sembró semilla buena y no estamos destinados para el mal, por el contrario espera con paciencia y amor nuestra comversión, pues en cada uno de nosotros hay mucha capacidad de amar.
Mateo 13,24-30 Jesús les propuso otra parábola: «Aquí tienen una figura del Reino de los Cielos. Un hombre sembró buena semilla en su campo, (25) pero mientras la gente estaba durmiendo, vino su enemigo, sembró malas hierbas en medio del trigo y se fue. (26) Cuando el trigo creció y empezó a echar espigas, apareció también la maleza. (27) Entonces los trabajadores fueron a decirle al patrón: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, viene esa maleza?» (28) Respondió el patrón: «Eso es obra de un enemigo. Los obreros le preguntaron: «¿Quieres que arranquemos la maleza?» (29) No, dijo el patrón, pues al quitar la maleza podrían arrancar también el trigo. (30) Déjenlos crecer juntos hasta la hora de la cosecha. Entonces diré a los segadores: Corten primero las malas hierbas, hagan fardos y arrójenlos al fuego. Después cosechen el trigo y guárdenlo en mis bodegas.
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