San Francisco de Sales nos enseña en primer lugar que lo que da valor a nuestras obras es solo el amor de Dios, no es la grandeza de las obras ni la cantidad de nuestras obras lo que hace que agrademos a Dios, sino únicamente el amor que hay en ellas, el amor de Dios que hay en ellas… Muchas personas piensan que lo que da valor a las obras es que cuesten mucho pero nuestro santo nos dice que no «lo importante no es lo que cuesten, lo importante es la cantidad y la calidad del amor de amor de Dios que hay en ellas» Si te cuesta mucho pero en ello no hay amor, eso no tiene ningún valor de cara a la santidad, de cara a la perfección.