El Papa realizó ese viaje a Cuba y México entre el 23 y el 29 de marzo de 2012, con lo que la decisión anunciada este lunes se habría tomado hace poco menos de un año.
El texto de su renuncia, leída en latín a los cardenales, se ajusta al detalle a los requisitos que exige el Derecho Canónico, y asimismo explica las razones de una decisión que no producía desde la renuncia del Papa Celestino V en 1294.
Perdón por todos mis defectos
El Papa agradeció de todo corazón «el amor y el trabajo» de todos los que le han ayudado en su tarea y, en otro gesto de grandeza, pidió «perdón por todos mis defectos».
Sus últimas palabras fueron para confiar la Iglesia «al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo» y suplicar «a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice».
A partir del uno de marzo, concluyó, «quisiera servir de todo corazón a la santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».
Un simple cardenal
A partir del 28 de febrero, Benedicto XVI saldrá del Vaticano rumbo a su nueva residencia y se convertirá en un simple cardenal. Tendrá toda la libertad de movimiento y de expresión desde su residencia, pero no hará ninguna sombra a su sucesor. No habrá dos Papas, uno en el cargo y otro «emérito», sino sólo uno. En ese sentido, la tranquilidad es absoluta, señala Juan Vicente Boo, análista del diario Abc.
Un nuevo Papa para Semana Santa
Benedicto XVI mantendrá su agenda pública durante todo el mes de febrero, bastante limitada este mes ya que el Papa y los cardenales realizaran ejercicios espirituales del 17 al 24 de febrero.
El programa de Benedicto XVI para marzo estaba extrañamente vacío hasta el Domingo de Ramos 24 de marzo. Ahora se entiende el porqué. Las ceremonias de la Semana Santa estarán ya a cargo del próximo Papa.