Patricia Sandoval nos cuenta su testimonio en el que, confundida por la falta de Dios, fue hundiéndose en su vanidad y egoísmo, aunado a la separación de sus padres y su soledad. Paso por tres abortos, luego de cada cual se deprimía más, pues caía en el síndrome post aborto; pasó un mes laborando en una clínica abortista la cual la hundió en la más profunda depresión, lo que la llevo a caer en drogas, y cuando estaba en la absoluta oscuridad, Dios la rescató por su misericordia.
https://www.youtube.com/watch?v=gi2s7yt5XjE https://www.youtube.com/watch?v=Ro1CXpWFiG8Entonces experimenté la presencia de Dios que me miraba. Levanté mi cabeza, llorando, y empecé a hablarle: “Eres lo único que me queda. No sé cómo llegué hasta aquí. Te agradezco por la hermosa niñez y familia que me regalaste. ¡Perdóname!” Ni bien terminé mi conversación con Dios, una chica de mi edad (22) llamada Bonnie, se me acercó, me abrazó y dijo: “Jesús te ama”. La miré confundida y ella me sonrió diciendo: “Soy la mesera del restaurante que está al frente. Estaba trabajando y Dios me dijo: Deja ese cuaderno, mira por la ventana, y dile a esa joven que está sentada en la acera que, aunque su madre o su padre la abandonen, yo nunca la abandonaré o me despreocupare de ella. Voy a estar con ella hasta el final de los tiempos».