Seis días de cuando yo vi a Jesucristo me enamoré de Él, un amor un poco pobre, muy ligero digamos pero yo quería hablar de Él y un día, en la universidad, subí a un autobús que va del aparcamiento a la universidad y yo sentí que el Espíritu Santo me estaba pidiendo hablar de Él, yo oí más o menos en mi conciencia “ponte de pie y habla” “No, no quiero hacer eso” y no podía pero al día siguiente de nuevo… Yo me puse de pie, había como 13 personas ahí, y empecé a hablar. Dije “¿Cuántas personas en este autobús aman a Jesucristo?” uno de 13 levantó la mano. Y yo empecé a decir “Si no me reconoces ante los hombres, mi Padre no te reconocerá”…