La Fe Católica

Eucaristía: Alma, Cuerpo, Sangre y Divinidad de Jesús

Eucaristía: Alma, Cuerpo y Divinidad de JesúsPor 2000 años en la Iglesia Católica, desde la primera generación de apóstoles en delante, una creencia ha permanecido invariable, Jesucristo, de una manera misteriosa, permanece entre nosotros a través de su presencia real en la eucaristía. Fue Jesús mismo el que dijo: «Yo soy el pan vivo que bajó del cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre, El que coma mi pan y beba mi sangre tendrá vida eterna».

Durante 2000 años la Iglesia Católica ha enseñado que en el santísimo sacramento de la Eucaristía, el cuerpo y la sangre, junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo y por lo tanto todo Cristo, está contenido en una forma real, verdadera y substancial. En su presencia eucarística Jesús vive entre nosotros como el que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros.

San Juan Vianney, el cura de Ars, fue el que quizás lo expresó con mayor simpleza y elocuencia. Cada vez que San Juan Vianney predicaba, se volteaba hacia el tabernáculo y para que todos lo vieran apuntaba con el dedo hacia el tabernáculo diciendo «ahí está Jesús, el que nos ama tanto».

Víctor Negrone ha sido ministro eucarístico por años en la Iglesia de San Mateo, en San Antonio Texas, y los domingos por la mañana lleva la comunión a los hospitales y hogares de ancianos. Al crecer su familia le preocupó estar fuera de su casa por casi toda la mañana del domingo. Al hacer memoria Víctor sabe que él empezó a dar por seguro el ministerio y el poder de su ministerio eucarístico. Hasta que un domingo en la mañana todo cambió. Un encuentro con usa señora católica joven, paciente de un hospital de San Antonio, que él visitaba, cambiaría para siempre su compresión y amor por la eucaristía.

Toqué a la puerta de la habitación y nadie me respondió, empujé ligeramente y la puerta se abrió, pude ver a una señora joven de unos 30 años de edad, me presenté y le dije que yo era un ministro católico de la eucaristía, «estoy aquí para ofrecerle la eucaristía, si usted está preparada para recibirla» y de repente lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, se emocionó y comenzó a llorar. Pensé que yo había hecho algo malo porque no sabía qué era lo que había podido molestar a esta joven señora. Le pedí todo tipo de disculpas y ella me hizo un gesto como diciendo que esperara hasta que pudiera hablarme. Yo le dije: «Perdón si interrumpo en un mal momento, volveré después». Ella contestó «Oh no, no, no. Es que este año ha sido muy difícil para mí, pero mientras yo miraba la ventana pensaba en la causa por la que Dios me había abandonado, y usted entró en la habitación».

Créanme sentí algo muy fuerte dentro de mí, que me hizo pensar en algo que no había pensado hasta ese momento y era que ese recipiente, esa pequeña cajita que llevaba en el bolsillo con las sagradas formas contenían el cuerpo, la sangre y el alma de Dios nuestro Señor.
– – –
Continúa en el video…

http://www.youtube.com/view_play_list?p=76F37DD7B7D21EF9
Salir de la versión móvil