Cogí mi Corán, lo apreté contra mi pecho y dije: “Alá, dime qué debo hacer, porque tu Corán dice que Jesús vive aún y Mahoma no vive; dime tú a quien debo aceptar” Después de esta oración abrí el Corán, no pregunté a nadie, solo a mi Alá. Abrí el Corán por el capítulo 10, versículo 94 y ¿sabes qué dice? El Corán dice: “Si tienes duda de este Corán que te doy, ve y lee la Biblia, o pregunta a los que leen la Biblia” Así que si me preguntas quien me hizo cristiano, no fueron los sacerdotes, ni las monjas, ni obispos, ni un cardenal, ni siquiera el papa, sino el santo Corán que me convirtió al cristianismo…