«¡Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en estos últimos decenios!, ¡cuántas corrientes ideológicas! (…) A quienes tienen una fe clara, según el Credo de la Iglesia, a menudo se les aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, el dejarse llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo el propio yo y sus antojos». Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), Abril de 2005.