La Dignidad del Bautizado y su Vocación Cristiana – Papa Francisco

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“La última catequesis sobre el Bautismo está dedicada a la vestidura blanca y a la vela encendida, que simbolizan la dignidad del bautizado y su vocación cristiana”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de mayo de 2018, concluye así su sus catequesis sobre el sacramento del Bautismo.

La vestidura blanca, expresa que somos transfigurados en Cristo

Los efectos espirituales de este sacramento, señaló el Papa Francisco, invisible a los ojos pero operativos en el corazón de quien se ha convertido en nueva creatura, son explicados en la entrega de la vestidura blanca y de la vela encendida. “Después del lavado de regeneración – precisó el Pontífice – capaz de recrear al hombre según Dios en la verdadera santidad, se ha hecho natural, desde los primeros siglos, revestir a los neo-bautizados de una vestidura nueva, cándida, semejante al esplendor de la vida conseguida en Cristo y en el Espíritu Santo”.

Desde los primeros siglos, los recién bautizados se revisten de una nueva vestidura blanca, señaló el Santo Padre, para expresar su condición, recibida en el sacramento, de criaturas transfiguradas en la gloria divina. Estamos llamados a preservar esta vestidura «sin mancha hasta la vida eterna», recorriendo el camino de la vida cristiana, cultivando las virtudes y, sobre todo, viviendo la caridad.

La vela encendida, indica nuestra vocación cristiana

El otro símbolo es la vela encendida en el cirio pascual, dijo el Papa Francisco, que indica que la luz procede de Cristo resucitado, de quien recibimos su esplendor y su calor. La vocación cristiana nos impulsa a caminar en la luz de Cristo y a perseverar en la fe. Los padres, como también los padrinos y las madrinas, tienen la responsabilidad de alimentar esta llama bautismal para que los más pequeños vayan creciendo en la fe.

Es en la entrega ritual de esta llama que surge del cirio pascual, subrayó el Papa, que refuerza el efecto del Bautismo: “Recibe la luz de Cristo, dice el sacerdote. Esta palabras nos recuerdan que no somos la luz, sino la luz es Jesucristo, quien resucitando de los muertos, venció las tinieblas del mal”. Por ello, estamos llamados a recibir su esplendor para que su luz inflame el corazón de los bautizados, colmándolos de luz y calor.

La educación cristiana, un derecho de los niños

Efectivamente, el Papa Francisco precisó que la vocación cristiana es caminar siempre como hijos de la luz, perseverando en la fe. “La educación cristiana – recordó el Pontífice – es un derecho de los niños; la educación cristiana es un derecho de los niños. Esta tiende a guiarlos gradualmente a conocer el diseño de Dios en Cristo, así podrán ratificar personalmente la fe en la cual han sido bautizados”.

La presencia viva de Cristo, de cuidar, defender y hacer crecer en nosotros esa lámpara que ilumina nuestros pasos, luz que orienta nuestras opciones, llama que abriga los corazones en el caminar al encuentro del Señor, haciéndonos capaces de ayudar a quien hace el camino con nosotros, hasta la comunión inseparable con Él.

El Padre Nuestro, la oración de los hijos de Dios

La celebración del bautismo se concluye con el Padre Nuestro, señaló el Papa Francisco, que es la oración de los hijos de Dios. Los niños recién bautizados aprenderán esta oración y lo que significa llamar a Dios Padre dentro de la Iglesia.

Antes de terminar su catequesis, el Santo Padre saludó a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica, a quienes invitó a poner los medios necesarios para que la gracia del bautismo crezca y fructifique en sus vidas. “No se desalienten ante las dificultades – les dijo el Papa – y busquen a Dios una y otra vez, porque el Espíritu Santo da la fuerza necesaria para alcanzar la santidad en medio de las circunstancias que les toca vivir cada día”.





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