En el desierto no hay caminos… entonces cualquier dirección que tome (la oveja perdida) es lo mismo, porque no tiene a donde ir. Yo para ir de aquí a Lima sé que tengo que tomar un camino hacia el noroeste más o menos. Sabiendo el objetivo, sé el camino que debo seguir. Pero ella (la oveja) no tiene a donde ir. No dice “Voy a otro redil” o “Voy a otro pastor“ no. Lo único que quiero es cambiar de vida, dejar a este pastor que ya me aburrió, que ya me cansó, dejar este rebaño que ya no aguanto su disciplina, yo me voy de aquí, no importa a donde, lo que quiero es irme, ya no soporto más la vida que llevo…