Dios quiere hacernos felices pero nosotros nos empeñamos en sufrir. Les voy a hablar de dos raíces de amargura que son las responsables de que nuestra vida se mantenga con las redes vacías, siempre frustrados, deprimidos, fracasados. La primera raíz se llama “Resentimientos”. Nadie lo expresó tan cruda y claramente como el libro de Job. El libro de Job es una historia que termina diciendo ¿Porque nació un hombre tan amargado como yo?
Hebreos 12,14-15. Procuren estar en paz con todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor. Cuídense, no sea que alguno de ustedes pierda la gracia de Dios y alguna raíz amarga produzca brotes, perjudicando a muchos.