La falta de interioridad y el desconocimiento de uno mismo, no permite poner remedio a las debilidades e inseguridades de la persona y esto bloquea la vocación.
Hechos 13,2-4 Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» (3) Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (4) Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron hasta Chipre.