Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos (Juan 15, 13).
Jesús ofreció libremente su vida en sacrificio expiatorio, así ha reparado nuestras culpas con la plena obediencia de su amor hasta la muerte. Este amor hasta el extremo, del hijo de Dios, reconcilia a la humanidad entera con el Padre.
http://www.youtube.com/watch?v=wTkYnYI9_xo