Película y Biografía de San Vicente de Paúl y las Hijas de la Caridad

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Película y Biografía de San Vicente de Paúl y las Hijas de la CaridadBiografía

Nadie nace santo, nadie nace seguidor de Jesucristo. Tampoco Vicente de Paúl nació santo.

En abril de 1581, en el pueblo de Pouy al sudoeste de Francia, vino al mundo. No experimentó la extrema miseria pero sí una dura pobreza y un arduo trabajo. Tuvo el privilegio de estudiar y, para tener un ingreso, ayudó a otros alumnos. Se ordenó sacerdote en 1600. Tenía un proyecto centrado en sí mismo y gastó varios años de su vida tratando de realizarlo. El Señor es paciente y esperaba una respuesta valiente y generosa. ¿Se la dará Vicente?

En esta etapa de su vida Vicente va de fracaso en fracaso. En una carta suya de 1607 cuenta que fue hecho prisionero por unos piratas y llevado cautivo a Túnez.

Experimentó el maltrato y la pobreza pero también la fuerza y el consuelo de la fe cristiana. Al volver a París es públicamente acusado de ladrón y pasará luego un calvario de tentaciones contra la fe.

En medio de sus fracasos supo escuchar una voz que lo llamada a entregarse. ¿a qué? ¿A quién? ¡al servicio de los pobres por amor a Jesucristo! Vicente buscó ayuda en personas con ideales y horizontes, dispuestas a empujarlo a la superación, al sacrificio y la entrega. Así fueron apareciendo en su vida el espiritual y sabio Pedro de Berulle, el sencillo y apostólico Antonio Duval y San Francisco de Sales de quien recibió Vicente amplias influencias.

En 1612, por medición de Berulle, llega como párroco de Clichy donde vive su enorme capacidad de contagio y renovación cristiana. En 1613 por indicaciones del mismo Berulle deja Clichy para atender, como maestro, a los hijos de la familia Gondi, una de las más ricas, nobles e influyentes de Francia. De allí “se escapó” a la parroquia de Chatillon. Sólo 6 meses pasaría allí antes de volver nuevamente con los Gondi, ahora con una total libertad para entregarse a la evangelización y al servicio de los pobres del campo.

Con un amor “inventivo hasta el infinito” realiza importantes fundaciones:
1617 – Es el año de la creación de las “Cofradías de la Caridad” que hasta nuestros días sigue sembrando el amor organizado a favor de los pobres.

1625 – Surge la Congregación de la Misión como una respuesta a las necesidades de evangelización de los pobres campesinos.

1633 – Fundación de las Hijas de la Caridad, obra conjunta de San Vicente y Santa Luisa de Marillac.

París y otras ciudades francesas estaban llenas de pobres, dementes, pordioseros, mujeres en venta, mutilados y bandas organizadas que, por las buenas o por las malas, conseguían sobrevivir. La buena sociedad les tenía miedo, se sentía insegura con tanto pobre. Los políticos escribieron cientos de leyes contra la mendicidad y los pobres. Eran leyes inútiles.

Vicente y los suyos, con instituciones, escuelas, asilos, evangelio, limosnas y mucha organización, recuperaron para la dignidad y la vida a cientos de miles y miles de estos pobres, víctimas de una mala estructura económica, del pillaje de las guerras, de los impuestos abusivos, de las malas cosechas del campo.

¿Cómo fue posible tanta profundidad, tanto servicio y tanta capacidad para contagiar y organizar a otros? “¡Amemos a Dios, hermanos míos, decía Vicente, pero que sea con el sudor de nuestra frente y el esfuerzo de nuestros brazos!”. Él sólo pretendía “hacer en la tierra lo mismo que hizo nuestro Señor, esto es, hacer la voluntad de Dios”. Vicente de Paúl fue un apasionado de Jesucristo. De ahí floreció su pasión por el cuidado de los pobres.

El 27 de septiembre de 1660 murió San Vicente de Paúl y fue canonizado en 1737. Desde la casa del Padre nos mira, nos acompaña y nos pregunta ¿Y tú, qué haces con tu vida? ¿A quién sirves? ¿A quién llevas la amorosa salvación de Jesucristo?

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