Conchi Vaquero Callejas, nos habla en esta enseñanza de como, a partir de un encuentro personal con el Señor, debemos convertirnos cada uno de nosotros en auténticos intercesores, muletas robustas, que sostengamos a los demás con el amor de Dios que hemos recibido en medio de sus dificultades, creyendo que Cristo Resucitado puede actuar en sus vidas como lo ha hecho en la nuestra.