Lupita Venegas nos habla de los que podemos hacer cuando la vida no es como quisieramos. Tu conductas erroneas afectan y traen tormentas a ti y a los que amas, a los que van en tu barca, es entonces el momento en el que te tienes que abandonar en los brazos de Dios y dejar de ir en contra de su voluntad.
Jonas 2,6-8. Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se enredaba a mi cabeza. (7) A las raíces de los montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí para siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida, Yahveh, Dios mío. (8) Cuando mi alma en mí desfallecía me acordé de Yahveh, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo.
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