Le comunicaron que debía presentarse ante el tribunal dela inquisición en Nápoles. El 21 de octubre de 1638 partió de Cupertino, donde había vivido como sacerdote hasta entonces, acompañado de su fiel hermano Ludovico y de su confesor el padre Diego Galasso. Los hermanos del convento de Nápoles no lo recibieron muy bien, sabiendo que era un inculpado y podía ser condenado.
San José de Cupertino – El Santo Volador 2