https://youtu.be/IhWe1o3aGpY
En la celebración del Ángelus el papa Francisco nos dice: «Alégrense y regocijense ustedes que estaban tristes» el motivo es el gran amor de Dios por la humanidad, como lo indica el evangelio de hoy: «Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijos para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna». Porque la cruz de Jesús es la manifestación grande del amor de Dios.
EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Juan: 3,14-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios». Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.