Salvador Melara y su testimonio de conversión al catolicismo.
Saludos de paz y bien. Mi nombre es Salvador Melara, tengo 39 años, nací en la Iglesia Católica, fui bautizado, hice mi primera comunión, desde que tengo memoria siempre me gustó la vida religiosa a tal punto que en algunos juegos de mi niñez jugaba que era sacerdote. Cuando llegué a la adolescencia tuve el deseo de ser sacerdote, se lo comuniqué a mi mamá pero lejos de apoyarme me dijo que estaba loco, que pronto iba a conocer alguna muchacha bonita y me iba a enamorar y si me hacía cura no iba a poder porque ellos «no se casan».
En 1983, un compañero de escuela comenzó a «evangelizarme», el era de las Asambleas de Dios. Después de tanto insistirme en acompañarlo al culto al fin me decidí a ir y… me gustó! Me gustaron las alabanzas, la predicación (ya no había aquel «ritual aburrido, monótono y rutinario» de las misas), y un día antes de cumplir 16 años (30 de agosto de 1983) «acepté a Cristo como mi Salvador». A partir de ahí me fui involucrando en la congregación, cuando terminé mi bachillerato (high school), comencé a estudiar medicina pero al final del primer año, después de una convención misionera en la congregación, decidí dedicar mi vida a la vida religiosa (pero esta vez como evangélico) y comencé a estudiar una Licenciatura en Teología en la Universidad de mi denominación.
Me gradué como Licenciado en Teología en 1992, fui misionero en Belice por un corto tiempo, y me dediqué a pastorear. Fundé tres congregaciones de las Asambleas de Dios (dos de ellas todavía funcionan pero ya no pertenecen a la denominación), y fui pastor asociado en dos congregaciones más de la misma denominación. También fui catedrático de Teología en la Universidad de mi denominación y de otra Universidad evangélica muy importante. En esta segunda universidad me asignan una materia llamada «Historia del pensamiento cristiano», y eso me hizo estudiar a los padres de la Iglesia, y «Nunca» me había percatado que los padres de la Iglesia habían sido «Católicos».
Comienzo a rastrear la historia de mi denominación y me doy cuenta de que:
1. Jesús dijo que el mundo nos iba a reconocer por ser «perfectos» en unidad, pero hay miles de iglesias evangélicas y todo producto de divisiones de otras iglesias.
2. Mi denominación fue producto de una subdivisión por una supuesta visita del Espíritu Santo.
3. Me enseñaron a odiar a la Iglesia Católica y me dijeron que era la «Gran Ramera», y «guarida de demonios», pero cuando la comencé a conocer me encontré con expresiones como «Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo»… en la Hora Santa se dice «Bendito sea Dios, Bendito sea su Santo Nombre, Bendita sea la preciosa sangre de Jesucristo, etc..» en el rito de comunión se dice «Líbranos Señor de todos los males y concédenos la paz en nuestros días para que ayudados por tu misericordia vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación mientras esperamos la gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo… Tuyo es el Reino, tuyo el Poder y la Gloria por siempre Señor.. Un demonio «Jamás» puede decir eso…
4. Me dijeron que los católicos le han añadido libros a la Biblia y descubrí que en el s. XIX, Sociedades Bíblicas quitó los libros deuterocanónicos de la versión Reina Valera (la llamada Biblia evangélica) por presiones económicas de las iglesias protestantes dominantes en esa época, porque si no los quitaba dichas iglesias no seguirían aportando el subsidio económico que recibía.
5. Pero el mayor conflicto era que me habían dicho que la Eucaristía era un invento de los católicos, que el pedacito de galleta y el refresquito de uva que tomábamos en la santa cena «representaban» el Cuerpo y la Sangre de Cristo, pero en los Evangelios y en 1 Corintios cap. 11, Jesús dice claramente «Esto es Mi Cuerpo».
A partir de ahí tuve que tomar una decisión y le comuniqué estos descubrimientos a mis esposa. Yo pensé que iba a haber una reacción negativa por parte de ella pero no, ella ya estaba luchando contra esto desde hacía algún tiempo pero no podía decírmelo porque yo era pastor, pero cuando supo que yo también estaba luchando, juntos buscamos la Iglesia y fuimos recibidos nuevamente después de cumplir algunos requisitos como bautizar a nuestros hijos y tomar el sacramento del matrimonio.
Este próximo mes de noviembre cumpliremos tres años de haber regresado a la Iglesia. No fue fácil porque yo era pastor, profesor de teología, vivía del ministerio y todo eso se terminó de la noche a la mañana. Nos quedamos sin trabajo (fui removido como profesor de teología), pasamos muchas necesidades después de haber tenido un nivel de vida bastante bueno, pero damos gracias a Dios que El nos sustentó, nos proveyó trabajo a ambos, y ahora con la ayuda de Dios comparto mi testimonio para ayudar a los que están dentro de la Iglesia pero que su fe es muy débil para que se afirmen en la verdadera fe, la fe católica.
Sé que he escrito bastante, pero he procurado resumir lo más que pude, y pido a Dios que estas palabras puedan ser de utilidad, y gracias por tomarse el tiempo de leerlas.
En el amor de Cristo y María, Salvador Melara
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