Decido ir para la fiesta de santa Margarita, el 16 de octubre de 2005, a Parlay le Monial por varias razones: Quería ir a conocer al Padre Marot para decirle que yo era la Señora que quería llevar a Santa Margarita; quería ir a ver a la madre superiora de la Visitación pensando que cuando viera mi relicario me iba a decir que es autentico; quería ver cómo eran las reliquias de santa Margarita porque yo creí que las cogía, las metía en la maleta y me iba, pero es dificilísimo de transportarla; y sobre todo quería ir a llorar con todo mi corazón delante de las reliquias de santa Margarita porque como había sufrido mucho físicamente, pues eso afecta un poco todo. Entonces me voy a Paray le Monial, entro a la basílica, voy a venerar las reliquias de santa Margarita y resulta que cuando estoy enfrente, yo que quería llorar a mares… quería llorar y cuando me veo enfrente de santa Margarita tengo la reacción totalmente contraria: abro los brazos, me inclino, le hago una gran sonrisa y le digo: “Bienvenida a Latinoamérica”…