https://youtu.be/psbU1umoDio
Hoy asistimos a una “gran persecución”, no sólo de los cristianos, sino también contra todo hombre y mujer, a través de las “colonizaciones culturales, la guerra, el hambre, la esclavitud”, porque, en el fondo, el contemporáneo “es un mundo de esclavos”: que el Señor nos dé la gracia de luchar y de restablecer “con la fuerza de Jesucristo la imagen de Dios que está en todos nosotros. Fue la reflexión del Papa Francisco en la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
La persecución es parte de la vida cristiana
Deteniéndose en la Primera Lectura del Apóstol san Pedro, en la que se refiere a cómo en los siglos, la persecución de los cristianos haya “prendido”, como un “incendio”, el Papa explica cómo esa cara, “parte de la vida cristiana”, sea “una bienaventuranza”: Jesús – recuerda – fue perseguido a causa de su fidelidad al Padre.
«La persecución es un poco ‘el aire’ del cual el cristiano vive aún hoy, porque también hoy hay muchos, muchos mártires, muchos perseguidos por amor a Cristo. En muchos países los cristianos no tienen derechos. Si llevas una cruz, vas a la cárcel. Y hay gente en la cárcel; hay gente condenada a morir por ser cristiana, hoy. Hubo personas asesinadas y el número hoy es más alto que el de los mártires de los primeros días. ¡Son más! Pero, esto no es noticia. Y por esto los noticieros, los periódicos, no publican estas cosas. Pero los cristianos son perseguidos».
Persecuciones a hombre y mujer, imágenes de Dios
El Papa luego observa que hoy también existe otra persecución: aquella a «cada hombre y mujer, porque son la imagen viviente de Dios”:
«Detrás de cada persecución, tanto a los cristianos como a los humanos, está el diablo, está el demonio que trata de destruir la confesión de Cristo en los cristianos y la imagen de Dios en el hombre y la mujer. Desde el principio trató de hacer esto – podemos leerlo en el Libro del Génesis-: destruir esa armonía entre el hombre y la mujer que el Señor creó, esa armonía que deriva del ser imagen y semejanza de Dios. Y logró hacerlo. Logró hacerlo con el engaño, la seducción… Con las armas que él utiliza. Siempre hace así. Pero también hoy en día hay una fuerza, yo diría un ensañamiento contra el hombre y la mujer, porque, de lo contrario, no se explicaría esta ola creciente de destrucciones al hombre y la mujer, al humano».
Diablo está detrás del hambre, de la esclavitud, de las colonizaciones culturales y guerras
El Pontífice piensa en el hambre, una “injusticia”, que “destruye el hombre y la mujer porque no tienen para comer”, aunque si bien haya “tanto” alimento en el mundo. Luego habla de la explotación humana, de las diferentes formas de esclavitud y recuerda cómo, recientemente, ha visto una película, grabada a escondidas en una cárcel, en la que están encerrados inmigrantes sometidos a torturas, a formas de destrucción para “hacer esclavos”. Y constata cómo esto suceda después de “70 años de la Declaración de los Derechos Humanos”. Así, reflexiona sobre las colonizaciones culturales: “cuando –explica –los imperios hacen aceptar disposiciones de su cultura contra la independencia, contra la cultura de la gente, imponen cosas que no son humanas para destruir, para la muerte». Francisco observa cómo lo que quiere el demonio sea, precisamente, “la destrucción de la dignidad” y “por esto persigue”.
«Y al final, podemos pensar en las guerras como un instrumento de destrucción de la gente, de la imagen de Dios. Pero, también, también a las personas que hacen las guerras, que planean las guerras para tener una potencia sobre los demás. Hay gente que lleva adelante muchas industrias de armas para destruir a la humanidad, para destruir la imagen del hombre y la mujer, tanto física como moral y culturalmente. “Pero, padre, esos no son cristianos. ¿Cómo pueden ser perseguidos?” – “Sí, son imagen de Dios. Y por eso el demonio los persigue”. Y los imperios continúan las persecuciones hoy. No debemos permitirnos ser ingenuos. Hoy, en el mundo, no sólo los cristianos son perseguidos; los humanos, el hombre y la mujer, porque el padre de toda persecución no tolera que sean imagen y semejanza de Dios. Y ataca y destruye esa imagen. No es fácil de entender esto; se necesita mucha oración para entenderlo».